Hoy hace un siglo que este bello barco de manera trágica y abrupta ingresó a la memoria colectiva del siglo pasado como magnífica metáfora de una sociedad que se modernizaba a pasos agigantados y nuevas lecciones tomaban forma, mismas que en la actualidad aún resultan vigentes.
He aquí un pequeño homenaje que dedico a todas las víctimas de aquella fatídica travesía.
Mi pequeña mazahua (muñeca artesanal mexicana) a la entrada de
la exposición sobre el Titanic y los holandeses
en el Museo Marítimo de Róterdam.
la exposición sobre el Titanic y los holandeses
en el Museo Marítimo de Róterdam.
En 1978, en la serie británica Upstairs Downstairs, escuché por primera vez un diálogo sobre uno de los personajes principales que se suponía viajaba en el buque y desde entonces comenzó mi interés por conocer lo ocurrido.
Richard Bellamy dicta el texto del marconigrama que
Hazel Forrest mandará su esposa, Lady Marjolein
(parte final del primer capítulo de la tercera temporada).
Hazel Forrest mandará su esposa, Lady Marjolein
(parte final del primer capítulo de la tercera temporada).
Antes de que Robert Ballard encontrase los restos a 4 kms. de profundidad, en México era difícil obtener información sobre el naufragio, sin embargo, a partir del descubrimiento en septiembre de 1985 aumentó el interés y desde entonces he podido leer muy diversos textos al respecto.
Mis revistas National Geographic: Dic. 1985, Dic. 1986, Ag. 1998, Dic. 2004 y Abr. 2012.
Entre las múltiples nacionalidades de los pasajeros, se encontraban 3 holandeses y un mexicano!
En ruta.
En Cherbourg, Francia, el 10 de abril, abordó al Titanic el abogado, originario de Hermosillo, Sonora, Manuel Ramírez Uruchurtu (n. 27/06/1872), quien había intercambiado el boleto con un amigo, ya que en un princpio regresaría a México en otro trasatlántico. Su boleto fue el 17601 (y le costó 27, 14 libras, en primera clase).
También de la misma clase y residente de Róterdam, subía a bordo ahí mismo el director de la oficina de pasajeros de la Holland American Line, Johan George Reuchlin, con el boleto número 19972 (la White Star Line le invitó el viaje, ya que ambas compañías tenían lazos comerciales importantes, de hecho, el armador del Titanic se encontraba en ese momento armando un barco para la compañía holandesa, con semejanzas importantes, aunque de menor tamaño, el Statendam II).
Ubicación de los 3 holandeses.